Un perfume puede gustarnos por afinidades o por contrastes, por nuestro estado de ánimo, por la estación del año y hasta por las horas del día. Existen mujeres que se esconden detrás de un perfume demasiado agresivo; hay otras más naturales y más originales, un matiz que subraye la personalidad con elegancia y discreción.
Una mujer tímida, soñadora o sentimental no eligir´ el mismo perfume que una mujer segura de sí misma, enérgica y audaz. Se podría decir que, en general, las fragancias frescas y verdes son las más aptas para los jóvenes, mientras que los aromas más acentuados y fuertes son apropiados para las personas de más edad. Así las pelirrojas suelen tener un olor más fuerte que las rubias y, por lo tanto, deberían usar perfumes secos, especiados y ásperos, evitando las fragancias dulces y muy sensuales.
Las fragancias elaboradas a base de almizcle, ámbar, civeta, tabaco, incienso y rosas, corresponden mucho mejor al tipo de piel de la mujer morena, mientras que a las rubias de piel blanca, les conviene las fragancias frescas, ligeras y estimulantes. Pero, en general, no hay reglas.
Según las sugerencias de un gran perfumista, no pruebes más de tres o cuatro aromas, no aspires el olor directamente del frasco. Ponte una gota en la piel, con preferencia en el dorso de la mano, en la parte interna de la muñeca o en la parte interior del codo.
No frotes un perfume al aplicarlo, eso "marea" al perfume. En tus manos tienes tu propio perfume, tienes grasa, sudor, has cogido dinero y cuando te han dado la mano para saludarte te han impregnado el perfume de quíen te saludó. Por eso no permitas que tu cliente se frote el perfume que le acabas de aplicar.
No acerques demasiado la nariz a la piel un aroma debe olerse a distancia. Dale tiempo para comprobar cómo se adapta a tu piel, a su acidez y calor. El perfume se despliega individualmente según la persona que lo utilice, contacto de la piel, tejido vivo que reacciona a toda modificación interna o externa. A veces el aroma se vuelve agrio porque no armoniza con el tipo determinado de piel.
Los perfumes florales y cítricos suelen cambiar, casi siempre a peor, en contacto con pieles muy ácidas ningún perfume huele igual en dos seres diferentes, porque el aceite del perfume se mezcla con el aceite del cuerpo y el olor es único.
Un perfume agradable en la piel de una amiga puede resultar desastroso en nuestra propia piel. Cuando sientas que una fragancia se funde con tu piel y armonisa completamente, cuando te atrae y te cautiva, entonces decídete por ella.
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